
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha afirmado que es «más probable» que el COVID-19 haya tenido su origen en una fuga de laboratorio en China, en lugar de provenir de una fuente natural. Este cambio de postura tiene lugar tras la llegada a la dirección de la agencia de espionaje estadounidense de John Ratcliffe, elegido para el cargo por el presidente Donald Trump. A pesar de que el portavoz de la CIA ha asegurado ambos escenarios como plausibles, también se ha reafirmado que se evaluará cada informe de inteligencia disponible o información de fuente abierta que pueda cambiar su información.