
Una investigación de +972 Magazine y Local Call con 15 agentes de los servicios de inteligencia del Ejército israelí y del Shin Bet ha revelado que el Ejército israelí sabe que las bombas antibúnker emiten como subproducto un gas letal, el monóxido de carbono (incoloro, inodoro e insípido), que puede matar a gente por asfixia en el interior de un túnel, incluso a una distancia de cientos de metros del lugar donde ha explotado. «El gas se queda bajo tierra y la gente se asfixia».
No sólo fue una trampa mortal para Hamás, sino también para los propios rehenes israelíes. «Sin duda se produjeron errores y bombardeamos a rehenes», reconoció uno de los entrevistados. «Había algún indicio de un rehén, pero teníamos presión para actuar», señaló otra fuente. «Estás bombardeando la casa de un secuestrador. No matamos a decenas de rehenes por pura suerte», reconoció otra. A pesar de que el Ejército de Israel no ha hecho público cuántos rehenes israelíes murieron por los ataques de las Fuerzas Aéreas durante las primeras dos semanas de guerra, Hamás afirmó que 27 rehenes habían muerto durante las dos primeras semanas de bombardeos israelíes.
«Lo que más me molestó fue cómo mienten a los medios [israelíes]», añadió una de las fuentes. «[Dicen que] estamos a punto de cogerlos, a punto de ganar, a punto de eliminar a los dirigentes».
https://ctxt.es/es/20250201/Politica/48566/bombardeo-gases-tuneles-hamas-rehenes-gaza.htm