Tras separarlo de su esposa, recubrirlo de explosivos y amenazarlo con «volarle la cabeza», un comandante de la Brigada Nahal de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), utilizó a un anciano palestino de 80 años como escudo humano para limpiar los edificios y las ruinas de soldados de Hamás o de artefactos explosivos. Después de ocho horas de rastreo de la zona, los soldados israelíes permitieron irse al hombre y su esposa hacia una zona humanitaria, pero fueron abatidos por otros soldados israelíes que no estaban al tanto de la operación.
El periodista Dor Zommer, que documentó el caso para Ha-Makom, aseguró que este es un caso muy inusual, ya que se trata de «un comandante israelí de las FDI que cometen un acto que las propias FDI niegan que ocurra», aunque es una práctica común entre los soldados israelíes, que denuncian recibir presiones de sus superiores para llevar a cabo este tipo de prácticas. En la mayoría de los casos, las FDI niegan o no reconocen los hechos.
