
En menos de una semana, Estados Unidos ha abandonado a Europa en su seguridad; le ha declarado la guerra comercial; la ha esquinado de las negociaciones de paz sobre Ucrania; ha cargado ferozmente contra sus «valores democráticos»; y planea retirar a sus efectivos de los países bálticos. Apenas 24 horas después de la Conferencia de Seguridad de Munich (donde EEUU evidenció su confrontación total con la UE, acusándola de restringir la libertad de expresión y fomentar la censura), Francia apadrinó una cumbre de urgencia junto con la Comisión Europea, la OTAN, Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, dónde sólo se han mantenido viejos mantras propagandísticos, al mismo tiempo que se evitaba quebrar todos los puentes con Estados Unidos. Sin embargo, los temas más divisivos parecen haber sido la posible formación de unos eurobonos para Defensa (con déficit conjunto o flexibilización de las reglas fiscales para el enorme gasto de armamento pretendido) o un hipotético despliegue de tropas europeas en la Ucrania de la posguerra.
Desde Praefuturus, ya hemos señalado en repetidas ocasiones que la Unión Europea no es un verdadero agente político o económico independiente y que su dependencia (y/o sometimiento) a EEUU era completamente perjudicial para su propia existencia. Pudimos ser testigos de ello en los años de la administración Biden, cuando se aceptaron todas las imposiciones estadounidenses (sanciones internacionales contra Rusia, compra del gas licuado de EEUU, entrega casi completa de los arsenales militares europeos en beneficio de Ucrania para incrementar las compras a las empresas armamentísticas estadosunidos, y un largo etc).
En resumen, los EEUU de Biden dejaron a Europa completamente maniatada y la nueva administración Trump va a seguir haciendo exactamente lo mismo. El gran problema no es Rusia (como nos ha querido vender la propaganda amiga en los últimos tres años), sino la cuasi esclavitud europea (extremadamente visible desde el sabotaje del Nord Stream).