
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado un «plan de rearme para Europa» en una conferencia de prensa sin preguntas. Dada la supuesta necesidad de rearme en el actual escenario internacional, ha instado a los Gobiernos comunitarios a aumentar el gasto militar en 1,5% del PIB a través de la relajación de la disciplina fiscal (hasta los 650.000 millones en 4 años), el desvío de fondos destinados a la cohesión al gasto en defensa o su propuesta de 150.000 millones de euros en préstamos para inversiones en defensa a través del Banco Europeo de Inversión (BEI).
Desde Praefuturus, consideramos este anuncio como una previsible claudicación de los intereses de los ciudadanos y pueblos europeos en favor de los beneficios (y la corrupción paralela) de esta clase de medidas. En este caso, lo verdaderamente preocupante es que, una vez más, se nos presente una supuesta situación de emergencia internacional, se aprueben el gasto de grandes sumas de dinero (que nunca estuvieron disponibles para el mantenimiento del estado de bienestar europeo) y traten de seguir engañando a la ciudadanía comunitaria con el viejo (pero siempre eficaz) discurso rusofóbico como excusa para la implementación inmediata de medidas precisamente para recortar lo que queda del sistema público de bienestar europeo.
Otro aspecto que deberíamos hacernos sospechar es que el paquete de medidas presentadas sólo incluyen medidas económicas, sin ninguna propuesta política. Es decir, se propondrá un gasto desmesurado, pero se mantendrá la subordinación a EEUU y la OTAN. Es mucho dinero para que nada cambie realmente, ¿verdad? ¿O es que la emergencia internacional para la que se requiere una respuesta inmediata consiste en seguir llenando los bolsillos de la industria armamentística estadounidense y de nuestros líderes europeos?
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