El ataque lanzado por EEUU contra los hutíes de Yemen (aliados de Hamás) fue la luz verde que necesitaba el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para romper la tregua que regía en la Franja de Gaza desde el 19 de enero y dar orden a su Ejército para que asesinasen a más de 400 de palestinos, la mayoría mujeres, niños y ancianos mientras dormían. Estados Unidos tuvo conocimiento inmediato de la masacre que se avecinaba. Además, el Ejército israelí parece que se prepara de nuevo para otra ofensiva terrestre a gran escala sobre Gaza.
Es evidente que el respaldo estadounidense Israel en la Franja de Gaza ha puesto de manifiesto que, al igual que EEUU prefiere ahora una Ucrania pacificada y una Rusia tranquila, no ocurre lo mismo en Oriente Medio, donde los ataques contra Gaza y Yemen vuelven a estrechar el cerco en torno a Irán.
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