
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha anulado la decisión de la Comisión Europea de denegar el acceso a una periodista el contenido de mensajes de texto que en la época de negociación de los contratos de compra de vacunas contra el COVID-19 intercambiaron la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el CEO de la farmacéutica Pfizer, Albert Boula. La sentencia establece que los servicios comunitarios no proporcionaron una explicación plausible para denegar el acceso a la información solicitada por la periodista de The New York Times, Martina Stevi.
Desde Praefuturus, debemos recordar que el caso se remonta a 2023, cuando The New York Times denunció ante la Justicia europea la negativa de la Comisión Europea de revelar el contenido de los mensajes de texto entre Von der Leyen y Boula mientras se estaban negociando grandes compras de vacunas para el COVID-19 en los primeros momentos de la pandemia (2020-21).
A pesar de el CEO entonces de Pfizer reconoció públicamente en varias entrevistas la existencia de dichos mensajes con Von der Leyen, los servicios comunitarios fingieron inicialmente que no existían tales mensajes y luego, los reconocieron, pero volvieron a fingir asegurando primero que no eran relevantes para más tarde asegurar sin pruebas que habían sido borrados y que no era posible compartirlos.
De nada sirvieron los intentos posteriores de la Defensora del Pueblo de la UE en 2022, que también trató de que la Comisión Europea en aras al mantenimiento de las reglas comunes de transparencia. Las vías oficiales comunitarias parecían cerrarse o desconocer la cuestión, hasta que ha tenido que ser un gran diario extranjero, The New York Times, quien tenga que hacerse oír ante el TJEU sin el obstruccionismo o la supuesta ignorancia de las instituciones comunitarias.
Y es la misma presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien ahora tiene un plan millonario de rearme para Europa, que pretendía inicialmente no someterse a ningún control o preguntas del Europarlamento.
Con estos antecedentes y otros que rodearon el final de su carrera como ministra de Defensa alemana, uno podría preguntarse quiénes la han aupado y sostenido desde entonces al frente de una Comisión Europea, esta última vez sin contrapeso alguno ante sus frecuentes excesos más allá de los límites acordados de su cargo.