La misión de la ONU en Libia (UNSMIL) llamó a un alto el fuego «urgente» tras una segunda noche de enfrentamientos armados en Trípoli y advirtió de que las hostilidades están agravando la inestabilidad y las tensiones de la capital (y de todo el país). De hecho, la Brigada 444, afiliada al Gobierno de Unidad Nacional (GUN) tomó ayer el control del cuartel general de la milicia Aparato de Apoyo a la Estabilidad (SSA), cuyo líder <<Ghaniwa>>murió el lunes, desencadenando una peligrosa oleada de violencia.
Desde Praefuturus, debemos recordar que, tras la caída de Gadafi en 2011, Libia vive una fragmentación política permanente y un violento equilibrio entre los diversos grupos y milicias armadas. Este vacío de poder sólo ha favorecido la actual bicefalia entre los dos grupos mayoritarios, con sus respectivos Gobiernos interinos, pese a los esfuerzos de la ONU por solucionar las graves consecuencias de la guerra civil libanesa a raíz del planificado (por Occidente) derrocamiento de Gadafi durante la Primavera Árabe.
