El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha abanderado el incremento colosal del gasto militar usando el pretexto ruso, a pesar de que Rusia está ganando la guerra proxy en Ucrania y no tiene ningún motivo ni a corto ni medio plazo para atacar masivamente a Europa. Por ello, explicó ayer que uno de los incrementos más sustanciales deberá concentrarse en la capacidad defensiva antiaérea y antimisiles, hasta un 400%, lo cual sólo sería posible si todos los miembros de la OTAN invirtiesen el 5% de su PIB en gasto militar. Además, también ha explicado que se necesitan más vehículos blindados, millones de proyectiles y duplicar las actuales capacidades de logística, suministro, transporte y apoyo médico. Llevará estas propuestas a la cumbre anual de la alianza militar durante el 24 y 25 de junio en La Haya.
Desde Praefuturus, ya hemos advertido numerosas veces contra las exigencias estadounidenses y británicas de elevar el gasto militar de todos los miembros de la OTAN hasta el 5% de su PIB. Nos conduce a un peligroso escenario sin lo poco que queda del estado de bienestar europeo, con amplios recortes en pensiones, sanidad, educación, ayudas al paro y un largo etcétera que por ahora parece inimaginable, pero que tratarán de imponernos a los ciudadanos europeos.
No sabemos con certeza si estas exigencias de gasto por parte de EEUU sólo son un paso más para seguir exprimiendo las economías europeas hasta las últimas consecuencias con el objetivo de que los tributos exigidos salven la hegemonía global estadounidense, o si, por otro lado, tratan de llevarnos intencionadamente a un escenario de confrontación directa con Rusia. Pero lo único seguro es que ni Europa ni sus pueblos y ciudadanos volverán a ser los mismos en ninguno de las dos casos anteriores.
Ya lo explicó Rutte usando un estilo discursivo muy propio de la Guerra Fría para tratar de aterrorizar (de nuevo) a la opinión pública: «lo cierto es que el peligro no desaparecerá ni siquiera cuando termine la guerra en Ucrania».
