
El ciudadano australiano y fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha roto su silencio tras ser liberado en junio de una cárcel británica con un discurso ante la comisión de Derechos Humanos del Consejo de Europa en el que ha vuelto a defender la filtración de miles de documentos secretos de Estados Unidos, señalando que sólo es «culpable de hacer periodismo». En su caso, considera que EEUU emprendió «una represalia legal» por «publicar la verdad» sobre los abusos perpetrados en Afganistán e Irak.