«El Servicio de Seguridad de la Policía (PST) ha abierto una investigación preliminar para determinar si hay motivos para abrir una investigación a partir de las informaciones de los medios sobre que una empresa propiedad noruega podría haber estado implicada en la entrega de ‘buscas’ a Hezbolá«, ha explicado Haris Hrenovica, fiscal del organismo, después de que Bulgaria anunciase una investigación sobre la empresa Norta Global, fundada en 2.022 por el ciudadano noruego Rinson Jose.
Desde Praefuturus, debemos recordar que la empresa taiwanesa Gold Apollo había señalado que había cedido los derechos de fabricación del lote de ‘buscas’ implicados a la empresa húngara, BAC Consulting. No obstante, el Gobierno húngaro aseguró que BAC Consulting, era un «mero intermediario comercial», sin capacidad de fabricación. Por su parte, el portal búlgaro Telex había señalado a Norta Global, una empresa con sede en Sofía, como la empresa vendedora, pero la Agencia Nacional de Seguridad de Bulgaria (NSSA) señaló rápidamente que esos ‘buscas’ no habían sido fabricados, importados o exportados desde su país.
Es evidente que esta acción se debe a una enorme (y prolongada en el tiempo) operación de los servicios de inteligencia israelí, que recibieron colaboración y silencio pasivo por parte de Gobiernos, servicios de inteligencia y empresas privadas. Nadie va a reconocer estar implicado en estos hechos, no sólo por las demandas legales y consecuencias económicas que podrían provocar dichas connivencias, sino también por las repercusiones políticas inmediatas de haber sido cómplices de Israel en un nuevo acto de terrorismo masivo, que ha herido de forma indiscriminada a miles de libaneses (y no todas las víctimas pertenecían a Hezbolá, a pesar de los primeros intentos de la propaganda amiga por hacer pasar esta operación terrorista como un infalible ataque de precisión).
