Criminalizar e ilegalizar a la oposición es una tendencia recurrente en la historia europa, pero criminalizar a la oposición civil a un genocidio es algo inaudito, más propio de los años treinta del siglo pasado. La crisis del capitalismo y del declive del dominio occidental del mundo apunta inequívocamente hacia la disolución de las efímeras pero importantes libertades públicas.
Desde Praefuturus, coincidimos con el análisis realizado acerca de la merma de la libertad de expresión y la deriva que vivimos en un Occidente claramente en declive. Se está favoreciendo un clima prebélico respecto a Rusia-Ucrania o Palestina-Israel para imponer todo tipo de decisiones sin tener que obtener algo tan nimio hoy en día como el respaldo de la mayor parte de la ciudadanía de los países afectados. Si lo pensamos bien, la ciudadanía de Occidente debería pedir muchas explicaciones a sus respectivos Gobiernos y depurar cualquier reponsabilidad política pertinente antes de que sea demasiado tarde para todos.