Los ataques con bomba por parte de las milicias contrarias a la junta militar han aumentado en las últimas semanas en Rangún, la antigua capital y la mayor ciudad de Birmania, en medio de un recrudecimiento del conflicto desde el golpe de Estado de 2021. Sólo en las últimas semanas se han producido al menos cuatro ataques con explosivos contra objetivos militares en Rangún, aunque por el momento se ignora si ha habido muertos o heridos, según medios locales y fuentes de las milicias antijunta. Estos crecientes ataques con bomba junto a las victorias conseguidas por las guerrillas prodemocráticas, por un lado, y de las minorías étnicas, por otro, frente a un debilitado Ejército birmano han empeorado la crisis que vive el país asiático después de un 2023 relativamente tranquilo.