El gasto militar mundial aumentó en 2023 por noveno año consecutivo hasta los 2,44 billones de dólares, lo que supone un crecimiento del 6,8% respecto al año anterior, el mayor incremento desde 2009, y que está encabezado por Estados Unidos, China, Rusia, India y Arabia Saudí, según datos proporcionados por el Instituto Internacional de Investigación Sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI). Además, el gasto militar ha aumentado en los cinco continentes, siendo «especialmente graves» los incrementos registrados en Europa, Asia, Oceanía y Oriente Próximo. «Los Estados están dando prioridad a la fuerza militar, pero corren el riesgo de caer en una espiral de acción-reacción cada vez más volátil», ha advertido el investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, Nan Tian.
Desde Praefuturus, seguimos con suma preocupación este aumento desbocado del gasto militar mundial en un horizonte cada vez más incierto. A pesar de que entendemos que la industria armamentística es uno de los pilares estratégicos con los que Estados Unidos trata de mantener a flote su economía con la ayuda forzosa de los países miembros de la OTAN, somos conscientes de que esta paz armada, con pequeños focos bélicos locales para maximizar los beneficios económicos y políticos, podría descontrolarse interesadamente, como nos recuerdan los grandes conflictos acaecidos en el siglo XX.