22/10/2025

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha reclamado a Israel una tregua inmediata, «sin excusas», pero irónicamente, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuya permanencia en el poder está en juego, ha apostado públicamente por la destrucción militar de toda supuesta resistencia palestina en Rafah, a lo que Estados Unidos ya ha manifestado que no hará nada para detenerlo. Pese al descarado doble juego de EEUU, su balanza de prioridades claramente está con el centenar de rehenes israelíes en manos de Hamás y no con el millón y medio de civiles palestinos que se hacinan en Rafah, ni con los caso 35.000 muertos desde que Israel inició su ofensiva militar sobre la Franja de Gaza. Sin embargo, tanto el primer ministro Netanyahu como el presidente Biden se ven sometidos a una creciente presión interna en sus respectivos países, que recorta sus espacios de maniobra para pertuarse en el poder.

Desde Praefuturus, ya coincidimos en este análisis, al plantear un escenario de conflicto prolongado por parte de Israel para imponer el apoyo de EEUU, Reino Unido y la Unión Europea. Asimismo, también dejamos claro que pese a las crecientes presiones internas, la administración Biden no podría adoptar sus propios intereses intereses en esta cuestión, lo que probablemente le supondrá un gravísimo costo electoral en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos este mes de noviembre, con mínimos de aprobación por parte de los ciudadanos estadounidenses. Y sin embargo, está claro que los halcones de la guerra en Washington respaldan como pueden el apoyo a Israel en ambos partidos políticos estadounidenses, lo que indudablemente nos muestra una estrategia geopolítica que va mucho más allá de los discursos públicos y amistosas ruedas de prensa.

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