El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha alertado oficialmente del riesgo de que el conflicto escale en Oriente Próximo y pase a Líbano es «cada vez mayor», asegurando que estamos en la víspera de que los choques bélicos se extiendan a otras partes de la región, como el sur del vecino Líbano, donde se han incrementado los ataques entre Israel y Hezbolá. Por otra parte, el Alto Representante Borrell ha recordado que ayer fue uno de los días más sangrientos de la ofensiva israelí, resaltando que se produjeron «cientos de muertos y ataques contra centros de distribución de ayuda» humanitaria para la población civil palestina.
Desde Praefuturus, debemos visibilizar el hecho de que, a pesar de la confirmación de estos graves hechos, el Alto Representante no ha hecho pública ninguna medida o acción real por parte de la Unión Europea para detener estos crímenes cometidos por Israel contra la población civil palestina. Por otro lado, tenemos que coincidir en su pronóstico respecto a la posible regionalización del conflicto. Es una posibilidad que ya era conocida por todas las partes involucradas, así como sus repectivos aliados internacionales. Sin embargo, no podemos coincidir con el señor Borrell en las causas de esa posible regionalización: desde Praefuturus, hemos advertido desde el principio, y a lo largo del conflicto hasta la actualidad, que el Gobierno de Netanyahu trataría de regionalizar la situación para prolongarse políticamente en el poder, sin rendir cuentas internas o externas, además de consumar la anexión de facto de todos los territorios ocupados palestinos, así como cualquier otra ganancia territorial obtenida de una guerra regional. Solo la maniatada administración del presidente estadounidense Joe Biden, por un lado, o los diferentes sectores de la sociedad civil israelí y de las propias fuerzas de seguridad de Israel, por otro, podrían detener al Gobierno de Netanyahu antes de que arrastre con él a toda la comunidad internacional en su propia caída al abismo.