El Ministerio de Exteriores de Dinamarca ha anunciado que cerrará sus embajadas en Burkina Faso y Malí por su acercamiento a Rusia y China. Es más, el propio ministro de Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, ha propuesto invertir en África y apostar por empresas africanas a fin de cultivar «entendimiento mutuo» y «ofrecer una alternativa atractiva a la creciente influencia china y rusa en el continente» africano. Además, Sasmussen también ha anunciado la apertura de embajadas en Túnez y Senegal.
Desde Praefuturus, debemos resaltar dos hechos que consideramos muy significativos. En primer lugar, vuelve a quedar patente que el continente africano y sus valiosos recursos naturales, incluyendo la región del Sahel, son un punto de conflicto entre los países y Gobiernos africanos que deben esforzarse por lograr una indepedencia real en pleno siglo XXI y los países europeos que tratan de mantener los viejos vínculos neoloniales de sometimiento. Por ejemplo, Níger ya ha expulsado la presencia militar de Francia y a EEUU, buscando ayuda exterior en países sin ningún pasado colonial en el continente africano. Junto con Burkina Faso y Malí buscan crear una Confederación de la Alianza de Países del Sahel, pese a que ni los países europeos ni mucho menos Estados Unidos les permitirán hacerlo sin arrojarles toda clase de dificultades directas e indirectas.
El segundo hecho del que hablaremos es que volvemos a encontrarnos en una retórica de Guerra Fría, una segunda Guerra Fría, iniciada por Estados Unidos y sus aliados, contra China, Rusia y sus aliados. Para los primeros, el objetivo es mantener la hegemonía unipolar de Occidente, concretamente de EEUU, mientras que los segundos necesitan un sistema multipolar sin falsas reglas que sólo se utilicen a conveniencia de los intereses estadounidenses para prosperar. Esta lucha global podría reducirse a conflictos proxy como Ucrania e Israel, en el mejor de los casos, pero nos tememos que Estados Unidos cruzará más líneas rojas, por su temor a que cualquier posible acuerdo o reparto internacional implicaría el inicio del derrumbe estadounidense y de sus socios voluntarios o forzosos.
