
El canciller alemán, Olaf Scholtz, ha instado a celebrar una conferencia de paz con la presencia de Rusia para intentar poner fin a la presencia rusa en Ucrania y ha asegurado que «ahora es el momento» de hacerlo para evitar un mayor recrudecimiento del conflicto armado. «Se hará todo lo posible para garantizar que se exploren las posibilidades de tener una paz, una paz justa que no sea una paz dictada, que no sea una capitulación, que respete la integridad y la soberanía de Ucrania como país invadido», ha matizado inmediatamente.
Desde Praefuturus, consideramos que el cambio del discurso del canciller alemán se debe principalmente a la victoria de los partidos opuestos a la guerra en Ucrania en las recientes elecciones regionales de Turingia y Sajonia. Pero que nadie se engañe, esto no es verdadero de la giro político real germana, solo mera demagogia política para ganar más tiempo. Evidentemente, ni Ucrania, ni Alemania o la UE van a ser quiénes decidan lo que sucederá en el escenario ucraniano, esa prerrogativa la tienen EEUU, Reino Unido y la OTAN junto con Rusia y, quizá, otras potencias globales como China.
En cualquier caso, el discurso de Scholtz sirve para que los ciudadanos alemanes (y tal vez, también los europeos) entiendan de una vez que las opciones disminuyen a medida que pasa el tiempo. El problema fundamental es que Occidente no puede permitirse negociar realmente, porque se han apostado todas las cartas por una supuesta victoria total sobre Rusia que no ha sucedido y nadie va a querer pagar las facturas de las generosas ayudas a la guerra proxy en Ucrania.